jueves, 2 de diciembre de 2010

Coches de Aire Comprimido VS Coches Eléctricos

Vehículos que cuestan unos 3.000 euros, no emiten partículas contaminantes y su combustible no arde en caso de accidente. Son los coches de aire comprimido (CAC). Cada vez son más los fabricantes que pretenden generalizar este medio de transporte en todo el mundo. No obstante, algunos de sus inconvenientes podrían limitar su uso a casos concretos.

Un CAC no utiliza combustible para mover los pistones del motor, sino la expansión del aire almacenado en su tanque. Por ello, los principales problemas del uso de gasolina o similares, como su transporte o la emisión de partículas contaminantes, desaparecen. Al carecer de baterías como los coches eléctricos o híbridos, se libra de sus inconvenientes: no utiliza sustancias tóxicas y no hay que preocuparse por su correcto reciclado. La vida de los ocupantes de un CAC no corre peligro. El aire no es inflamable y no explota en caso de accidente como la gasolina, sino que sólo produce un fuerte ruido al expandirse.


La sencillez de esta tecnología  reduce los costes de producción y permite vehículos más ligeros que desgastan menos las carreteras. Su fabricación y mantenimiento es más fácil, gracias a un diseño mecánico sencillo y robusto. Pesan menos, puede tener hasta cinco plazas y se vende en la India por unos 3.300 euros.

El tanque de aire comprimido puede recargarse muchas más veces y en menos tiempo que una batería eléctrica. Su repostaje se realiza en pocos minutos en estaciones equipadas con unidades de aire comprimido con un coste de unos dos euros. Los conductores pueden conectarse a la red eléctrica y utilizar el compresor incorporado en el propio coche para llenar su tanque en cerca de cuatro horas. Si se generalizaran estos vehículos, razonan sus defensores, el precio de este sistema sería mucho más barato que el de los combustibles fósiles.

 El objetivo es vender sus vehículos en todo el mundo. En estos momentos se cuenta con un plan de expansión  Sus responsables confían en que superarán las exigencias de los estándares de calidad y seguridad de estos países.

 Un estudio publicado por  la revista Environmental Research Letters  señala los inconvenientes de este sistema. El problema es que la compresión de aire no es muy eficiente puesto que gran parte de la energía eléctrica utilizada para ejecutar el compresor se pierde como calor. Diversos investigadores están trabajando para mejorar este punto débil.


Lo que sí es cierto que cada vez más, las empresas deben enfocar sus distintos sistemas productivos hacia la creación de nuevos caminos para el uso de un coche distino al que hoy en día conocemos. Además, si esto mejora la calidad medioambiental y la salud de todos nosotros, mucho mejor.
Por lo tanto, ¿Qué os parece la idea? Si tuvieseís que elegir, ¿cuál de los dos sistemas os gusta más?


Aquí, os dejamos el enlace de la noticia para ampliar conocimientos.


(Grupo Criminología)

1 comentario:

  1. Excelente noticia, a ver si los ingenieros mejoran este último detalle y se expande su uso.

    ISAM.

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