Vehículos que cuestan unos 3.000 euros, no emiten partículas contaminantes y su combustible no arde en caso de accidente. Son los coches de aire comprimido (CAC). Cada vez son más los fabricantes que pretenden generalizar este medio de transporte en todo el mundo. No obstante, algunos de sus inconvenientes podrían limitar su uso a casos concretos.
Un CAC no utiliza combustible para mover los pistones del motor, sino la expansión del aire almacenado en su tanque. Por ello, los principales problemas del uso de gasolina o similares, como su transporte o la emisión de partículas contaminantes, desaparecen. Al carecer de baterías como los coches eléctricos o híbridos, se libra de sus inconvenientes: no utiliza sustancias tóxicas y no hay que preocuparse por su correcto reciclado. La vida de los ocupantes de un CAC no corre peligro. El aire no es inflamable y no explota en caso de accidente como la gasolina, sino que sólo produce un fuerte ruido al expandirse.
Lo que sí es cierto que cada vez más, las empresas deben enfocar sus distintos sistemas productivos hacia la creación de nuevos caminos para el uso de un coche distino al que hoy en día conocemos. Además, si esto mejora la calidad medioambiental y la salud de todos nosotros, mucho mejor.
Por lo tanto, ¿Qué os parece la idea? Si tuvieseís que elegir, ¿cuál de los dos sistemas os gusta más?
Por lo tanto, ¿Qué os parece la idea? Si tuvieseís que elegir, ¿cuál de los dos sistemas os gusta más?
Excelente noticia, a ver si los ingenieros mejoran este último detalle y se expande su uso.
ResponderEliminarISAM.